lunes, 28 de junio de 2010

El Violín Negro, de Sandra Andrés Belenguer (Laberinto)



Este libro muestra, a mi entender, un aspecto de la vida del que aún hay personas que no se han dado cuenta o que no quieren entender y que es muy necesario en la actualidad.

“El violín negro” mezcla una trama de intriga y misterio junto con una historia de amor muy especial.

Como en el libro la historia es contada por distintos personajes, esta se hace más entretenida y es mucho más sencillo entender el por qué de la manera de actuar de los personajes.

A pesar de que me ha gustado mucho el libro en general, en mi capítulo preferido no se relata nada sobre el amor de los personajes. Y aunque se describa una de las aventuras que llevan al desenlace de este libro, no ha sido ni mucho menos lo que me ha llevado a la elección de este libro.  Es mucho más profundo que eso.

En este capítulo se narra también cómo Erik, el Fantasma, construyó él mismo su violín y describe a la perfección sus sentimientos desde que su madre, aterrorizada, le entregó su primera máscara hasta la primera muestra de afecto que obtuvo por parte del maestro Di Lorenzo. Éste no sólo le reveló todas las claves para construir su violín, sino que le demostró que era una persona magnífica, genial, prodigiosa, a pesar de su gran tabú, su máscara.

Creo haber captado el mensaje que la autora ha querido dar con este maravilloso libro en homenaje a la obra de Gastón Leroux “El  Fantasma de la Ópera”, y que también pienso leer.

Supongo que el mensaje no es otro que la tolerancia hacia las personas. Aquí se muestra a un hombre que nació con deformidades en su cara y que no por ello dejaba de ser una persona maravillosa y genial. Pero imagino que con esta historia la autora invita a todos sus lectores a que participen de esta tolerancia que es tan necesaria hoy en día y que aún hay gente que la rechaza.

Quiero animar a todo el mundo a que lea este magnífico libro porque no sólo cuenta una maravillosa historia llena de aventuras, misterios y una bonita historia de amor que no termina del todo como se desea; sino que además está llena de un montón de descripciones sobre la Ópera Garnier que te hacen pensar que has vivido entre sus muros.

Samanta Pérez Santamaría

17 años. Venialbo (Zamora)